Seco, vendaval, y llegan las quemas que cercan aldeas y que se convierten en infiernos.incendiarios. Me trato de aislar de este caos destructivo, pero en mi tierra valdesana las llamas tenebrosas están haciendo mucho daño. Me escondo en un saliente abrigado y trato de olvidar por un rato tan abrumadora realidad. Un "placebo" que empleo cuantas veces puedo, a sabiendas que un día dejará de obrar tal milagro. Los cormoranes no saben de problemas, solo sobreviven merced a un impulso genético. ¿Puede haber algo más cercano a la dicha?
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Mostrando entradas de marzo, 2023
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Seco, vendaval, y llegan las quemas que cercan aldeas y que se convierten en infiernos.incendiarios. Me trato de aislar de este caos destructivo, pero en mi tierra valdesana las llamas tenebrosas están haciendo mucho daño. Me escondo en un saliente abrigado y trato de olvidar por un rato tan abrumadora realidad. Un "placebo" que empleo cuantas veces puedo, a sabiendas que un día dejará de obrar tal milagro. Los cormoranes no saben de problemas, solo sobreviven merced a un impulso genético. ¿Puede haber algo más cercano a la dicha?
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Pausa y retorno. El viernes me prestó el paseo. Anduve por la faceta de levante. Mucho mar. Me entregué a la preparación de una puesta. Tenía ganas, y confianza, en esa postura. Até la cuerda de seguridad a un fornido pino. Bajé al límite y comprobé que podía pescar. Incluso accioné el vídeo del móvil, pues daba por hecho que algún sargón picaría al instante. Erré, eventualidad a la que he de habituarme en estas zonas. Anfaño proveedoras de buenos ejemplares, su decaimiento es patente. No obstante fueron momentos deliciosos, por cuanto supone tener la suerte de pasar el tiempo a su vera. El mar mutò ayer sábado. Ya dejó licencia para intentarlo por las zonas querenciosas. Y no fallaron. Tres puestas y todas me depararon las emociones que todos anhelamos. Os dejo los vídeos que subí a youtube. Hoy por la tarde quizás lo intente de nuevo.
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Pausa y retorno. El viernes me prestó el paseo. Anduve por la faceta de levante. Mucho mar. Me entregué a la preparación de una puesta. Tenía ganas, y confianza, en esa postura. Até la cuerda de seguridad a un fornido pino. Bajé al límite y comprobé que podía pescar. Incluso accioné el vídeo del móvil, pues daba por hecho que algún sargón picaría al instante. Erré, eventualidad a la que he de habituarme en estas zonas. Anfaño proveedoras de buenos ejemplares, su decaimiento es patente. No obstante fueron momentos deliciosos, por cuanto supone tener la suerte de pasar el tiempo a su vera. El mar mutò ayer sábado. Ya dejó licencia para intentarlo por las zonas querenciosas. Y no fallaron. Tres puestas y todas me depararon las emociones que todos anhelamos. Os dejo los vídeos que subí a youtube. Hoy por la tarde quizás lo intente de nuevo.
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Estoy "hipercolgao" con los sargos. No es novedad y un reflejo de mi estado de ánimo. Voy a decir una "burrada" pero casi espero un temporal para "descansar". El domingo machaqué la espalda. Acabé molido de tanto pedrero hiriente y monte empinado. Ayer tomé un antiinfamatorio. Pero por la tarde volví, pues entre semana voy un rato si las obligaciones lo permiten. ¡Dónde se está mejor que al lado del mar y con la caña en la mano! Por no bajar a ras, lancé un par de veces desde altura. Pero la puesta no se hallaba en buenas condiciones. Me entró una extraña pereza. Y esa sensación es para mí sinónimo del desgaste que trato de vencer. Así que, en vez de tirar para casa caminé hasta otra postura. Me pregunté si los sargos volverían a compensar la perseverancia. Y así fue, porque es esta una ley no escrita y - lo digo con humildad- el más importante acervo para el pescador. Diplodus arrimados a la roca madre, con hambre y dispuestos a compensar el pequeño sac...
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Estoy "hipercolgao" con los sargos. No es novedad y un reflejo de mi estado de ánimo. Voy a decir una "burrada" pero casi espero un temporal para "descansar". El domingo machaqué la espalda. Acabé molido de tanto pedrero hiriente y monte empinado. Ayer tomé un antiinfamatorio. Pero por la tarde volví, pues entre semana voy un rato si las obligaciones lo permiten. ¡Dónde se está mejor que al lado del mar y con la caña en la mano! Por no bajar a ras, lancé un par de veces desde altura. Pero la puesta no se hallaba en buenas condiciones. Me entró una extraña pereza. Y esa sensación es para mí sinónimo del desgaste que trato de vencer. Así que, en vez de tirar para casa caminé hasta otra postura. Me pregunté si los sargos volverían a compensar la perseverancia. Y así fue, porque es esta una ley no escrita y - lo digo con humildad- el más importante acervo para el pescador. Diplodus arrimados a la roca madre, con hambre y dispuestos a compensar el pequeño sac...
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Ayer estuve por Sobrado dos Monxes. Pasamos una buena mañana. No conocía la zona. La laguna de Sobrado es mayor de lo que pensaba. Hay dar otras satisfacciones al espíritu. Esta tarde fui con renovada energía. La necesitaba, pues mi.plan requería de cierto esfuerzo físico. Una puesta que aún no habia calado esta temporada, se constituía en un reto a superar Eché la cuerda, necesaria en el tramo final. Luego pasé con cuidado a la serrona . Me instalé y ya vi que en el canal pegado habrían de circular sargos. Asi fue, a pesar de las andanadas de olas que interrumpían la sesión Había ejemplares de mucho porte, que dieron trabajo a la arcadia. Esfuerzo al salir. Incómodo y lesivo para mi vieja espalda. Pero bueno, ahora estoy cómodamente echado en el sofá. Viendo "hamlet" en blanco y negro, me despido una vez más.