
Para mí, este año 2022 acaba de la forma más triste. La desaparición del maestro José María me ha causado gran congoja. Esta agria sensación ha de verse calmada en presencia de mi querida familia. Esta noche de bienaventuranza disfrutaremos de una grata compañía. Cenaremos, festejaremos el paso de otro año y nos abrazaremos sinceramente. Pero en mí aflora esa nostalgia que viene de los imperecederos recuerdos que me trae la figura del mentor que me mostró la senda. Su imagen de hombre enjuto, de fuerte carácter, de incombustible pasión por la pesca y el atlántico océano, queda spenas plasmada en una representación que aún está por terminar. Iré dándole pinceladas a medida que lleguen los recuerdos. Entiendo que moriré sin darla por concluida. Un fuerte abrazo y os deseo un feliz año nuevo.