Otra partida siguiendo el protocolo "ad hoc". Es tiempo de sargos, y este otoño no faltan.
Calé una esquina hacia un canal resguardado, como acostumbro. El acceso no era un paseo, pero la trocha estaba algo pisada. No obstante fui con cuidado, pues esos veriles pueden esconder una trampa mortal.
Un resquicio con un poco de prado y una caida de unos 15 metros hacia la bocana de una diminuta cala que conozco bien.
Los sargos entraron a la primera, este segundo intento. Antes habia probado unos metros más al oeste, pero la boya corría demasiado y supe retirarme a tiempo.
Poco más de una hora de intensidad, para retirarme a cumplir con mis obligaciones en el "mundo real".
Eché el ojo a otra postura que no calé hace bastante. Mañana lo intentaré, una vez más.
Un vídeo muy guapo...
ResponderEliminarComo presta evadirse del 'mundo real' de esta manera.
ResponderEliminarEl que lleva la pesca en la sangre lo sabe bien.
Ojito a las trochas, en mi zona tambien estan abandonadas y pueden esconder peligros mortales.
Son preciosos al salir del agua con esas líneas tan marcadas y ciertas y muy leves iridiscencias moradas algunos de ellos.
EliminarCarlos en tu dilatada carrera ¿has comprobado si las lubinas se pirran por ellos?
Yo he hecho autopsias de alguna que otra lubina grande y nunca he visto sargos incluidos en su dieta.
Fuerte abrazo, gran blog el tuyo.
Cuando no me queda mas remedio, vuelvo al "mundo real".
EliminarEn realidad mi mundo real es estar en plena costa, solo o con muy selecta compañia, con mi caña y en la mas absoluta felicidad.
Sí, y a veces así se consigue escapar de las amargas vicisitudes que en ocasiones toca soportar.
EliminarNunca vi un sargo en la barriga de una roballiza, la verdad. Deben ser incómodis de tragar, supongo.
EliminarPescador de antiguo yo he pescado algunas roballizas de buen porte, he tenido suerte.
EliminarTras haberlas limpiado yo mismo, nunca he visto sargos en su interior asi que no se si los considera parte de su dieta.
A ver que dicen otros pescadores, saludos.