Volví y "volvieron" los oscuros sargones a caer en la trampa milenaria que un pescador de vara les tendió un nuevo día.
En un tramo corto de costa vivo insuperables aventuras. Disfruto de lo que ofrece el agreste monte y la mar océana. Y ha de ser en soledad, que no penitencia, pues reconforta el espíritu que solo ha de escuchar las voces que desde las propias entrañas rugen. ¡¿ Qué ha de haber más maravilloso que esta singladura hecha perenne marcha en pos de retos casi imposibles?!
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