Con buena compañia
Por fin pudo ser y encontré un fin de semana un poco libre para intentar engañar alguna lubina,esta vez en compañía de Fran y Juan.
Decidimos viendo la previsión el día antes escoger una zona un poco protegida del viento de sudoeste aunque teníamos el riesgo de tener un poco más de mar de fondo del ideal como así fue por momentos.
El caso es que fue Fran el primero en dar con ellas,lo que daba ánimos para buscarlas canal por canal,hasta que Juan dio con ellas y disfrutamos como enanos esa hora escasa en la que salieron el resto.
Parece increíble la capacidad que tienen de aprovecharse de la fuerza de las olas y las corrientes para cazar,resguardandose detrás de los baixos al abrigo de estos.
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